43. No había terminado de hablar Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Venía acompañado de mucha gente armada con espadas y palos, a la que habían enviado los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos.
44. A éstos el traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo bese, ése es; arréstenlo y llévenselo bien asegurado».
45. Al llegar Judas, se acercó rápidamente a Jesús, lo besó y le dijo:—¡Maestro!
46. Entonces los hombres arrestaron a Jesús.
47. Pero uno de los que estaban allí, sacó su espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.
48. Jesús les dijo:—¿Acaso soy un bandido para que vengan con espadas y palos a arrestarme?
49. Cada día estaba con ustedes en el templo enseñándoles, y no me arrestaron. Pero esto ocurre para que se cumplan las Escrituras.
50. Entonces todos lo abandonaron y huyeron.
51. Pero un joven, que sólo se cubría con una sábana, iba siguiendo a Jesús. Lo agarraron,