39. Y ésta es la voluntad del que me envió: que no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el día final,
40. porque mi Padre quiere que todo el que reconozca al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
41. Entonces los judíos empezaron a murmurar contra Jesús, porque dijo: «Yo soy el pan que bajó del cielo».
42. Y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo se atreve a decir que él bajó del cielo?»
43. Jesús les respondió:—Dejen de murmurar.
44. Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no lo trae, y yo lo resucitaré en el día final.
45. En los profetas está escrito: “Dios les enseñará a todos”. Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí.
46. Nadie ha visto al Padre, sólo el que viene de Dios ha visto al Padre.
47. Les aseguro que el que cree tiene vida eterna.