10. Dios mío, crea en mí un corazón limpio. Una vez más quiero ser fiel en mí espíritu.
11. No me alejes de ti; ni me quites tu santo Espíritu.
12. Hazme sentir de nuevo la alegría de tu salvación; y que me sostenga tu Espíritu que me guía.
13. Les enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores se volverán a ti.
14. Dios mío, mi Dios Salvador, merezco la muerte, pero no me castigues, y gritaré de alegría que eres justo.
15. Señor, abre mis labios, y te cantaré alabanzas.
16. A ti no te complacen las ofrendas, ni los sacrificios que deben quemarse completamente; si así fuera, yo te los ofrecería.
17. Los sacrificios a Dios son un espíritu quebrantado; tú no despreciarás al de corazón humilde y arrepentido.
18. Sé bueno con Sion, reconstruye las murallas de Jerusalén.
19. Entonces aceptarás los sacrificios apropiados, las ofrendas, y los sacrificios que deben quemarse completamente. Entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.