14. Regresan al anochecer, aúllan como perros, y rondan por la ciudad;
15. merodean buscando qué devorar, y si no se sacian, gruñen.
16. Pero yo cantaré de tu poder; sí, gozoso cantaré por la mañana tu misericordia; porque tú has sido mi baluarte, y un refugio en el día de mi angustia.
17. Oh fortaleza mía, a ti cantaré alabanzas; porque mi baluarte es Dios, el Dios que me muestra misericordia.